La conquista del espacio. Capítulo 1
Nueva Tierra, 16 de abril, año 2080.
Los seres humanos han agotado por completo los recursos de la tierra, el cambio climático extinguió el cultivo de miles de vegetales y legumbres, junto con el 80% de las especies animales terrestres. La poca materia prima de la que se dispone se re-utiliza con unos métodos de reciclado innovadores, aún así, en polvo eres y en polvo te convertirás, todo acaba por no poder reutilizarse, acaba siendo basura.
Todo esto se debió a que durante los años que precedieron al 2012 el aumento de la población humana se disparó, por miedo a su extinción, los años de hambre y guerra pasaron a inviernos de real crudeza mezclados con veranos infernales. La primavera y el otoño desaparecieron, nos quedaron lluvias torrenciales y vientos huracanados por Rusia, ya que la mitad de los continentes desaparecieron.
A causa del deshielo de los polos, hubo ingentes cantidades de personas que tuvieron que dejar toda su vida atrás y emigrar para no morir ahogado. Se convirtieron en millones alrededor del mundo, ningún país se pudo librar de ser emigrante o ser país receptor.
Estos trágicos sucesos se convirtieron en guerras, puesto que miles de personas de distintos lugares a lo largo de la tierra habían ocupado países en los cuales doblaban a los anfitriones, llegaron las luchas de poder y seguido, guerra, hambruna y enfermedad.
Todo se tradujo en millones de muertos y desaparecidos, la población humana se vió visiblemente afectada. Es por eso que en el 2030 los gobiernos de los pocos países que mantenían la democracia decidieron fomentar la reproducción, aún a sabiendas que había pocos recursos que aprovechar, era más importante la supervivencia de la raza humana.
Tras los siguientes treinta años el equilibrio global se consiguió a duras penas. Nueva Tierra iba tomando forma. El 70% de los países eran democráticos, la población humana creció de forma exponencial, casi llegando al número de habitantes que habitaban la tierra antes del 2012.
Durante los años sesenta y setenta se seguía consumiendo los pocos recurso que nos quedaban en el planeta, a un ritmo inconsciente. Las nuevas generaciones se tenían que alimentar, las nuevas tecnología hogareñas consumían el triple de energía que antes del 2012. El mar se convirtió en un vertedero de colonias humanas inundadas, llenas de desperdicios y basuras. Como ya es sabido por todos en mi época, los peces del mar son incomestibles, a causa del gran número de centrales nucleares que quedaron bajo el mar, liberando bolsas radioactivas que viajaban con las corrientes submarinas, aun así, si queda algún pez sano se lo comerá uno enfermo.
Ahora nos vemos en un gran aprieto, las materias primas de la tierra se agotan, nos quedan escasamente 10 años de explotación de recursos, es hora de emprender un nuevo camino.
Es por eso que me dirijo a ustedes:
Señores de todos los gobiernos de Nueva Tierra no creo que estén ciegos. Nuestro planeta se ahoga, y nosotros somos los ejecutores. Hemos vivido en ella durante miles de años, y hemos visto su furia a la hora de darnos un aviso, lo ocurrido el 2012, no obstante siempre nos ha dado una segunda oportunidad.
Mi conciencia se ve en la obligación de escribir esta carta hacía la humanidad, es momento de concienciar a todos en un mismo objetivo, la conquista del espacio. Aunque parezca una locura no queda otra salida, la comida se agota, los materiales se agotan, el sufrimiento de los últimos sesenta años. Yo no deseo que eso se repita, pero que pasará cuando sólo un país posea un bien, han pensado en eso, significaría vuelta a lo mismo, miseria para el vivo y la desgastada tierra para el muerto, ya que no sirve ni para cultivo.
Es tiempo para investigar nuevas áreas, el espacio está lleno de recursos, no hace falta que viaje un ser humano, simplemente necesitamos máquinas que puedan ser enviadas a explotar esos materiales y traerlos de vuelta a casa en un tiempo factible para un habitante de Nueva Tierra. Comprendo que resulta difícil pensar que esa sea la única salida, pero en algún momento lo será, mejor que nos coja prevenidos, que no con el agua al cuello.
Obviamente no me voy a dirigir a ustedes de esta manera sin aportar mi humilde idea. Obtenida con conocimientos y años de experiencia como ingeniero, Einstein y algo de imaginación. Si realmente desean saberla, por favor pueden ponerse en contacto conmigo a través del número que viene en la carta.
Atentamente:
Arhold Zalla.